10-2-2023 UN BUEN LÍO

Día tras día, las televisiones se estrenan con el mismo asunto. Lo del «sí es sí». La nueva ley apadrinada por los de Podemos, que no ha salido cómo se deseaba. Y esto que la aprobó el Parlamento y antes el Gobierno. Y que para ello uno ha de suponer que la redactaron sesudos juristas, letrados por oposición del Estado. Pues bien y aún así, parece que lo que se alumbró, finalmente no es lo que se quería.

 

La ducha de agua fría, muy fría, se ha producido cuando los abogados de muchos penados, encarcelados por delitos de este género han pedido a la vista del texto legal, una reducción de las condenas. Y los tribunales les han dado la razón y se han reducido los años de estancia en prisión. Y se ha generado el gran debate. «No, si la ley es perfecta», afirmaban sus impulsores, con la ministra de igualdad al frente. «Quienes fallan y no cumplen con su obligación son los jueces», insistían.

 

Finalmente, ya con cierto cansancio y miedos electorales, los socialistas han llegado a la conclusión de que algo debía hacerse. Presentar una modificación de la norma, aunque fuera sin el beneplácito de Podemos. Y parece que va a hacerse en los próximos días.

 

La verdad es que yo no he leído la ley. Ni pienso hacerlo. Tampoco comprendo demasiado porque tenía que promulgarse una nueva. La que existía podía seguir aplicándose. Porque en definitiva soy bastante escéptico que, en delitos de esta naturaleza, la ley sea tan determinante. Las pasiones, los sentimientos, tienen a veces tal magnitud que la razón, el juicio, el sentido común se pierde de manera absoluta, total. Debe ser el sino, o uno de los sinos del género humano. De las tragedias que en este orden se han sucedido a lo largo de los siglos, con Shakespeare a modo de albacea y perenne testimonio.

 

Lo del «sí es sí» constituye un ejemplo muy elocuente, del espectáculo que nos está brindando el Parlamento en esta legislatura. Con toda seguridad los españoles merecemos más.

 

Aunque alguna responsabilidad tendremos en haber escogido a estos representantes. Y no sé si habremos aprendido de todo ello.

 

A lo mejor no.

 

10 de febrero de 2023