14-2-2023 SANIDAD Y POLÍTICA

A mi me parece que en la sanidad de estos últimos días hay mucho de política. Todo no, pero sí en una gran parte de las manifestaciones producidas este fin de semana en Madrid y otras autonomías gobernadas por el PP.

 

La gran ventaja de la izquierda es el de contar con la adhesión absolutamente incondicional, de sindicatos y asociaciones vinculadas a la Administración pública. Los sindicatos estaban tradicionalmente en las empresas, pero hace ya algún tiempo se dieron cuenta que tienen un gran filón para la defensa de los intereses de clase en los empleados públicos.

 

Naturalmente se había asumido como una cuestión básica, de partida, que los funcionarios no podían adscribirse a un sindicato, por una razón fundamental. Como que el Estado no puede quebrar, los funcionarios son empleados de por vida, seguridad que no tienen los que trabajan en la empresa privada. La Administración Pública era por ello un refugio para los que deseaban esta estabilidad aunque ello comportara unas remuneraciones más modestas. A algo se tenía que renunciar para tener esta ventaja.

 

Pero ahora esta reflexión ya tiene menos sentido. A ello se añade la legión de empleados públicos que no han accedido aún al carácter de funcionario o han entrado vía elecciones, partido o cargo de confianza de algún político electo. Por supuesto que el primer grupo de los nombrados desean el acceso al funcionariado y los sindicatos constituyen una buena herramienta que pueda contribuir a facilitar el acceso.

 

En cuanto a los déficits de cuerpos como los de sanidad, sistemas de retribución y otros semejantes, también son materia sindical y de las asociaciones controladas por la izquierda. Así no resulta demasiado complejo el organizar manifestaciones con los objetivos que día a día se van desgranando y repitiendo.

 

Sánchez habrá llegado a la conclusión,- no me parece desacertada- que la manera de combatir en su propio feudo a la presidenta de la Comunidad, ha de ser en un ámbito tan sensible como la sanidad. Porque en definitiva la sanidad nos afecta a todos. A una u otra edad. Y resulta muy difícil asumir que no existan espacios en este sector que puedan estar exentas de crítica.

 

Una última reflexión. Habréis evidenciado que los grandes sindicatos están muy quietos con el gobierno Sánchez. Huelga señalar que con un gobierno popular ya habrían instado manifestaciones, o un paro general por ejemplo por lo del «si es si». Y lo mismo es aplicable,- pero esta vez a la inversa-, a las voces que se han alzado estos días sobre el estado de la sanidad en Madrid y alguna otra comunidad.

 

Por tanto, la política es la que manda. Esto está claro.

 

14 de febrero de 2023