28-3-2023 MONTAÑA RUSA

No, no vayamos a asustarnos. Se han producido unas turbulencias, unos temblores, pero sin que el fenómeno vaya a mayores. Además las autoridades monetarias europeas se han apresurado a proclamar la solvencia de las entidades financieras y en el caso de España, el mismo gobierno Sánchez en boca de la señora Calviño se ha referido al colchón de liquidez del que disponen los bancos y que parece alcanza la cifra de los ciento cincuenta mil millones de euros. También los suizos se han ocupado de frenar la sangría derivada de las urgencias del Credit Suisse con cincuenta mil millones de francos y propiciando a su vez la venta de la entidad al poderoso UBS. El país helvético no podía permitirse otra opción. Suiza es más cosas, pero el universo bancario constituye una de las columnas vertebrales que sostiene su Economía.

 

Decía al principio que se habían producido solamente “sacudidas” en el hemisferio tan sensible del sector bancario de occidente. Aunque no es menos cierto, que en asuntos de dinero el escenario puede cambiar en escaso margen de tiempo. Y por supuesto con independencia de cifras, de porcentajes y de balances. Con un punto de absoluta irracionalidad. Baste que se empiece a hablar de “confianza”, de pérdida de confianza. Y esta digamos sensación, casi percepción psicológica, desemboque en inquietud, en inseguridad, en temor a la posible pérdida del dinero depositado. Y se empiece a correr en busca de efectivo.

Ciertamente los instrumentos de que disponen las autoridades monetarias, la Reserva federal o el Banco central europeo son amplios.  Asegurando la liquidez en momentos de tensión. Pero no podemos olvidar que el negocio bancario, los activos de la banca, valen lo que vale el dinamismo, el crecimiento y la estabilidad económica. No creáis que es posible una economía débil, maltrecha, un crecimiento escaso con una banca muy fuerte y solvente. Porque la banca se nutre de los recursos de los agentes económicos, de las empresas, de los ciudadanos y de su evolución. Son vasos comunicantes.

 

Lo que ha sucedido estos últimos días, lo podemos tomar, ciertamente, como un aviso. La consecuencia, queramos o no del colapso económico provocado por la Covid, las negativas influencias derivadas de los cortes de suministros y la escalada de los tipos de interés. Con una inflación que habíamos dicho y repetido tendría una duración corta. Y no ha sido así.

 

Por el momento no veo más borrascas en el horizonte. Los mapas del tiempo de esta naturaleza no lo anuncian. Aunque estabilidad, estabilidad, en estos asuntos de dinero, tampoco me aventuro a pronosticarla. Dicen que los economistas se equivocan mucho. Por esto me callo.

 

martes, 28 de marzo de 2023