24-4-2023 AYER, FUE NUNCA

Claro ahora ya nadie se acuerda. Empiezan a oírse voces que claman que se ha ido demasiado lejos con el dinero barato. Se reprocha a la Reserva Federal y a los bancos centrales, que hayan permitido el que se multiplicaran las burbujas financieras que pueden estallar en cualquier momento. En especial si el curso de la coyuntura lo propicia.

 

Se argumenta que con estos recursos obtenidos prácticamente a coste cero, se han financiado operaciones muy especulativas y se ha vuelto a la situación que desencadenó la crisis de 2008. La abundancia de dinero en el sistema ha beneficiado esta tendencia.

 

Sí es cierto. Pero como apuntaba al comienzo, nadie se acuerda ya de dónde venimos. La política de los bajos tipos de interés no fue un invento o una ocurrencia desprovista de cualquier base lógica.

 

Después de la crisis que se inicia en los Estados Unidos, con la caída de Lehman Brothers y las tremendas consecuencias que ello generó en las economías de los países occidentales, algo tenía que hacerse para remontar la pendiente. Y no fue fácil. Pasaron varios años en los que se vivió en un clima de desorientación e incertidumbre. El problema a solucionar, a batir, era el de que finalmente las economías volvieran a recuperar pulso. Que la inversión volviera otra vez con fuerza. En definitiva, que la confianza llegara a los mercados.

 

La confianza, esta frase mágica en un asunto tan fluido. Y para restaurar la confianza podía pagarse cualquier precio. Aunque éste fuera el tipo de interés. Un precio que además podía seguirse manteniendo, porque no amenazaba a la estabilidad de precios.

 

No podemos culpar entonces a los bancos centrales de las estrategias seguidas. A lo sumo sería una cuestión de «timing».Y aún. Además, las políticas monetarias que puedan seguirse, como ya he dicho, son siempre tributarias del tiempo en que las mismas se establecen.

 

En la actualidad se ha puesto de moda el juzgar con los ojos de hoy, historias de ayer o anteayer. Las nuevas generaciones se erigen en jueces supremos. Del hoy, del ayer y de lo que venga. Lo mismo sucede con la economía. Un enorme error que no creo genere propósito alguno de enmienda. Ya se sabe.

 

24 de abril de 2023