NOS GUSTA EL PERFECCIONISMO

RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS COMPLEJOS QUE OTROS NO HAN PODIDO AFRONTAR O RESOLVER

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5-10-22 LÍOS Y MÁS LÍOS

No se me ocurre otro titular. Es lo que sucede en Catalunya. En el gobierno catalán. Me pregunto si ya interesa a muchos ciudadanos. A pesar que el gobierno es el que tiene que dirigir el país. Pero las actuales circunstancias hacen difícil que estas funciones puedan ejercerse con una mínima responsabilidad.

 

En teoría y en la práctica el ejecutivo de la Generalitat está conformado por los dos partidos independentistas. Uno de ellos dice que lo es más que el otro. Y el segundo afirma que en absoluto. Que la iniciativa del independentismo la llevan ellos. Los que no tienen mayoría,- la diferencia es de un solo diputado- que se apelan con el nombre de «Junts» o «Junts per Catalunya», acusan a Esquerra Republicana y a su presidente que lo es del gobierno, de seguir con la estrategia del «sí, pero no.». Esto es la independencia sí, pero hay tiempo. En otras palabras, ahora toca descansar. Y que se refugian con el argumento de que lo que Catalunya precisa es hacer más grande la mayoría que apueste por la independencia. Además como que los republicanos también se sientan en las poltronas de Madrid y sus votos son ahora muy valorados por Sánchez, han de jugar simultáneamente en varias mesas del casino político.

 

En cambio «Junts» con un presidente en la lontananza de Waterloo quiere que se empuje el asunto. Esto es, independencia, ya. ¿Cómo?. ¿De qué manera?. Esta es otra historia y de momento ni se apunta. Con este canto al personal, los lideres de Junts intentan o intentarán convencer al electorado que ellos sí cumplen o quieren cumplir con sus objetivos, pero que Esquerra les cierra el camino.

 

Y así, con estas diatribas, quizá se haya llegado al final de un primera ronda. El gobierno de coalición entre los dos partidos parece que va a romperse después de que el presidente Aragonés haya destituido a su vicepresidente. Ahora los de «junts» van a consultar con sus fieles. Mientras los ejecutivos del partido,- más de doscientos-, que cobran puntualmente de la Generalitat, han empezado a perder el apetito.

 

Total, de los problemas más inmediatos del ciudadano más bien poco. La batalla está en las alturas. Las fuerzas independentistas no se entienden. Y esto haría sonreir y mucho a los constitucionalistas que creen que con estas divergencias no van a ir muy lejos con sus grandes objetivos.

 

Bueno, puede parecer que ésta sea la lectura.

 

Pero después de lo vivido en estos últimos años, puede suceder cualquier cosa.

 

Aunque, pensándolo mejor, «dentro de un orden«. Nadie va a volver a arriesgarse.

 

En serio.

 

miércoles, 5 de octubre de 2022

3-10-22 LIZ TRUSS

Imagino ya sabeis quien es. El nombre no está mal. Parece cinematográfico. Pero no. Es el de la sucesora de Boris Johnson. La flamante jefa de los Tories ingleses.

 

Pero el desembarco en Downing Street ha sido un tanto agitado. El semanario «The Economist» le ha dispensado la última portada que titula, «cómo no se debe gobernar a un país». O sea, de lo más explícito.

 

Y la verdad es que la señora Truss, no sé si queriendo emular a Thatcher, se ha presentado ante los suyos con un paquete legislativo de recorte de impuestos que ha sublevado a la City y al Banco de Inglaterra. Su hombre de confianza el ministro de economía Kwasi Kwarteng ha lanzado un programa destinado a impulsar el crecimiento, intentando a la vez neutralizar los altos precios de la energía con transferencias y subvenciones.

 

Pero del mismo modo que el apellido del político no se lee a la primera, de igual modo los mercados financieros no han comprendido o digerido las primeras recetas propuestas a los pocos días de acceder al cargo. La libra ha caído frente al dólar y el Banco central, ha tenido que comprar toda la deuda pública que le han ofrecido para intentar estabilizar el mercado. Tipos de interés al alza, importaciones más caras y una especie de densa niebla, hasta de marasmo, que cubre el horizonte económico del Reino Unido. La situación está lejos de estabilizarse. Las sacudidas del Brexit, de la Pandemia, la guerra de Ucrania y la inestabilidad en la marcha de la gestión política, están generando muchas inquietudes entre los ciudadanos e inversores.

 

Hoy mismo ante la avalancha de críticas, el señor Kwarteng ha anunciado que por el momento congela las medidas anunciadas. Entre otras, no va a a haber reducción de impuestos a las grandes fortunas. Pero los británicos ya han empezado a preguntarse si Liz Truss les va a servir para gobernar con las dificultades existentes. ¿Otro Boris Johnson?. Aún no se sabe.

 

Pero el comienzo ha sido fatal. Margaret Thatcher, sí. Pero eran otros tiempos.

 

lunes, 3 de octubre de 2022

2-10-22 DEUDAS Y MÁS DEUDAS

Es la preocupación de los alemanes en estos días. La manera de reducir los efectos de los precios de la energía, es endeudarse más. Y todo empezó ya con la guerra de Ucrania. Scholz habló de un fondo de doscientos mil millones de euros. Esto es, después de tantos años, iniciar el rearme en el ejército alemán. Pero es que a continuación, cuando no se sabe con certeza si en este invierno se podrá contar con un volumen suficiente de gas y con bastante energía eléctrica, el mismo canciller ya ha apuntado que el Estado va a endeudarse con otros doscientos mil millones de euros. El objetivo es claro. Tratar de minimizar los efectos de la crisis energética a ciudadanos y empresas. ¿Cómo?. Pues aún no se ha decidido. Transferencias, créditos, aportaciones para fines determinados con el fin de que la factura del gas no se dispare y muchas empresas no se vean obligadas a cerrar.

 

Alemania siempre ha tenido aversión al endeudamiento. La memoria de las trágicas consecuencias de la segunda mitad de los años veinte, sigue estando presente. Pero ya surgen voces que afirman que Alemania puede sin ruborizarse endeudarse en importantes proporciones. En parte porque el peso de la deuda pública es menor. Del orden del 70% del PIB si se compara con otros países del entorno, como Italia. O más lejanos como Japón. Si en la actualidad el endeudamiento se hace absolutamente indispensable, hay que solucionar el hoy. La solvencia de Alemania está asegurada.

 

También se habla de impuestos. Pero menos que en España. Lo del impuesto a los ricos no ha generado por el momento ninguna adhesión. El debate está desprovisto del manto ideológico que alienta en el consejo de ministros español.

 

Pero sin duda, la situación una vez hemos dejado atrás la pandemia, sigue dominada por la incapacidad de los recursos del Estado para hacer frente a una situación que vuelve a ser «·pandémica». La guerra, esto es, una enfermedad a la que hasta el presente no se le ha encontrado vacuna alguna. Y esta incapacidad tendrá que irse resolviendo aquí y allá, día a día, con el «paracetamol» del mayor endeudamiento.

 

Aunque naturalmente sin garantía alguna que logremos el objetivo esperado. Muy al contrario, cargando al organismo estatal de toxinas,-de deuda- que no va a ser tan fácil, desprendernos de ellas.

 

domingo, 2 de octubre de 2022

1-10-22 ¿Y QUÉ HACER?

Mientras Putin se ha apropiado de una parte de Ucrania y dice que ahora es suya, el mundo se pregunta qué hacer. Seguir «plantando cara», seguir atacando a estas regiones o reconocer que la guerra ha de acabar. De una u otra manera.

 

La lectura puede ser ésta: la anexión del Donbass significa que Putin se conforma con este botín y que está dispuesto a pactar la paz como contrapartida. Ésta es una lectura. Y otra, que sea el preludio de otros objetivos aún mas ambiciosos. Toda la geografía ucraniana.

 

Yo apuesto por la primera interpretación. Esto es que limite la conquista al territorio Donbass. ¿Y a continuación, qué?. Pues a continuación los aliados occidentales han de «mover ficha». O aceptar que Ucrania ingrese en la OTAN, como moneda de cambio y detener las hostilidades o dejar que la guerra continúe.

 

Decididamente ya va siendo hora que la diplomacia al primer nivel se mueva. Ya lo he dicho en este blog en otras ocasiones. Desde Guterres, portavoz de la ONU, siguiendo por Biden, Erdogan o Schulz.

 

Porque además no hay tiempo que perder. Se está haciendo tarde. Porque cada día que transcurre sin dar pasos con este objetivo, el ambiente empeora. Un aire enrarecido que va a asfixiarnos a todos.

 

Es la hora de los políticos. Como los de antes. ¿Los tenemos?.

 

No sé.