3-12-2022 AYER, AYER

Puede, podría parecer que fue ayer. Sentencia del Tribunal Supremo. No fue rebelión, sino sedición. Los magistrados lo pensaron mejor y llegaron a la conclusión que la sedición tenía un carácter más pacífico, más liviano, más digerible en el mundo independentista.

 

Pero, no. De digerible nada. Y había que buscar una salida. Urgente. Para seguir contando con los votos, con el apoyo indispensable de los republicanos. Para que el gobierno no se cayera. Y Sánchez se fuera a casa.

 

Y el parto se convirtió en un invento utilizado en otras ocasiones. Bruselas. La Unión europea. El manto que cubre todas las sinrazones y todos los desvaríos. Esta vez la «homologación». La famosa homologación. Y más en un delito tan frecuente, tan manoseado como la sedición. ¿Cuántas sediciones se han producido desde que nació la UE?. ¿En qué países?. Si no me equivoco, ninguna. En ninguna parte. Entonces, ¿A qué venía la homologación? Desde de una vertiente técnica o jurídica prácticamente no existe respuesta. Pero se dice, se proclama su absoluta necesariedad una y mil veces, para que el pueblo se lo crea. Y sí no, es igual. Porque quien manda, no es el pueblo.

 

Porque finalmente el Parlamento con las llamadas geometrías más que variables, ha aprobado la supresión de la sedición. Después naturalmente, de haber indultado a los condenados por el Tribunal Supremo.

 

Y así se produce una lectura o una interpretación de los acontecimientos que puede ser ésta: «Vdes, señores jueces, cumplan con sus obligaciones de juzgar. Pero si no acaba de gustarnos el desenlace, vamos a cambiar la ley. Con lo cual lo que Vdes. hayan hecho de poco va a servir. Esto es, dicho de otra manera: «Las leyes me parecen bien. Y si no las cambio.» A partir de ahí la influencia o la fuerza del poder judicial queda limitada en el tiempo.

 

Podéis decirme que estamos ante una excepcionalidad. Digamos histórica. Bueno. Pues muy bien.

 

Pero cuidado con las excepcionalidades que derivan a veces en «normalidad».

 

Porque todo es empezar.

 

sábado, 3 de diciembre de 2022