Ya lo comenté hace unas semanas. La amnistía. ¿Porqué no?. Al fin y al cabo el legislativo puede, si tiene los votos necesarios tomar una decisión semejante. Y parece que sí los tiene, después del «acuerdo» que se llegó con Puigdemont. Y escribo «acuerdo» entre comillas, porque en realidad leyendo el texto del escrito, lo que se constata, es que nos hallamos ante un «acuerdo del desacuerdo». Esto es, ambas partes manifiestan, afirman que mantienen criterios distintos sobre cuestiones fundamentales en el orden constitucional. Pero sin embargo, que están dispuestos a hablar sobre todo ello, a lo largo de la magistratura. Esto sí, de «buena fé», para que no se produzcan suspicacias.

Lo concreto, muy concreto del papel, es la amnistía. Aunque naturalmente quedaría el «acuerdo» en papel mojado, sino se presentara el proyecto en el registro del Congreso esta misma semana. Pero parece que el detalle ya se ha consensuado e imagino igualmente el contenido de la ley. Contenido que con sumo cuidado se ha ocultado o silenciado a la prensa, para evitar que se frustre la operación, ya de inicio.

Lo que ha encendido los ánimos, ha sido la mención a las facultades de una Comisión parlamentaria, para enmendar lo que la ley de amnistía pueda marginar, olvidar u obscurecer. En este caso, para que, como en tiempos de Franco, «todo quede atado y bien atado», los prohombres de la Comisión podrán ocuparse de enmendar las interpretaciones malévolas, escaseces que pudieran contenerse en la ley de amnistía, a fin de que todos los personajes, señoras y señores, políticas y políticos que pudieran no encajar en la norma, queden liberados frente a tribunales de todo orden, de posibles responsabilidades y penurias. Esto es, el famoso y ya tan manido «lawfare» inventado por sesudos politólogos, sociólogos y demás investigadores de lo que sucede en la trastienda de la política.

Y después de la amnistía, lo demás en las «mesas de dialogo». Que habrá tres. Y con algún suizo de árbitro o relator. Que queda muy bien. Y así con sus más y sus menos, para que la legislatura vaya avanzando. De referendum, nada de nada.

Ya lo veréis. De esto último, ninguna novedad. Ah, y todos, los firmantes, lo saben.

12 de noviembre de 2023